Transcurso
Y yo pensando en tu casa, en tus cosas, en tus días noches lágrimas, que recuerdo y aventuro a pensar mientras discurren las nubes, las lluvias y los ojos, de habitación en habitación, de compromiso en compromiso, de punta en blanco por las calles oxidadas (rojas de acero), Voy pretendiendo el oro que paga por la magia; el aplauso, que paga con su estruendo la pirueta del aire encerrado, casi sólido, en pulmones hinchados, ungidos por extraños vaivenes tonales, interpretado encanto vuelto voluta de viento sónico esparcido entre moléculas mínimas de espacio contemplado.. Casi agua derramada de los cuerpos... Casi suerte hecha carne y tiempo, y reverencia agradecida en tablados atmósferas del mar de arena de exitosa ola atropellada, después montada como si el lado pluma de uno deviniera en espuma y el detalle del momento sea uno vuelto lágrima de nuevo, para caer suspendido en el medio de la nada, del pasto, del círculo de margaritas que desprendan su pétalo blanco sonrisa, su centro amarillo almístico... Su sol de enero que se vuelve al sur de los días venideros deshojado en sueños... tal vez lo que somos, seremos… lo que amadamente fuimos...
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