Muy bién, aquí estamos...
emergiendo, con el agua desde arriba, desde abajo. Buscando los piolines los hilos invisibles, las partículas, las mechas... Bebiendo de este mate cotidiano, para calentarnos así un poquito más las manos. La mano torpe, huesuda, anudada entre las cuerdas, armonizando con dulzura la canción que se esconde entre las voces mustias, anonadadas, húmedas... La canción de agua, la transparente, la que se colgó de la luna para evitar el río, la que se perdió entre las calles similares a otras calles, la que se plegó en la pronunciación innominable... Por último, la que se dejó incendiar, para que en la hermosura siga sonriendo así, sí, así; como el mar te ha enseñado... Así de nutrida como un viaje... Así de emotiva como un instante.
Instintos de tormenta, mariposeando como volutas de este humo sabio y prematuro. Mera aproximación a lo contemplado...
Cheers!
0 comentarios